Durante los años 90 CoDevelopment Canada, la ONG dueña de Café Ético, trabajaba con comunidades rurales en la isla de Ometepe en Nicaragua en un proyecto de mejoramiento de acceso al agua. En aquel entonces varios miembros de la comunidad eran parte de una cooperativa de cultivadores de café llamada Finca Magdalena. A pesar de que el precio del café en ese momento no era malo, debido a que la cooperativa vendía la mayoría de su café a intermediarios quienes compraban el café a precios muy bajos, las ganancias eran pocas. Sumado a este problema también se encontraba una deuda bancaria y tazas de interés altas que consumían gran parte de las ganancias que podían hacer los campesinos.
Como parte de un esfuerzo para solucionar estas dificultades económicas, los miembros de la cooperativa Finca Magdalena le pidieron a CoDev y varias otras organizaciones aliadas ayuda para hacer que los campesinos pudieran vender su café a un mejor precio. Esta iniciativa resultó en la invención de un programa de comercio justo y solidario en dónde el precio del café producido reflejara y reconociera no sólo la inmensa labor y experticia de los granjeros y sus familias, sino que también ayudara a la promoción de condiciones de vida digna.
Tras dos años de la creación de esta iniciativa, Finca Magdalena fue capaz de pagar la totalidad de sus deudas y pudo comenzar a invertir sus ganancias en lo que realmente importa: aportar de vuelta a la cooperativa, sus miembros y comunidades.
Con el pasar del tiempo este proceso resultó en un modelo exitoso de comercio solidario en donde CoDev junto con otras organizaciones aliadas ahora compran el 100% del café producido por la cooperativa. Hoy en día Finca Magdalena es una cooperativa exitosa, y además de producir y vender café, ahora también opera un hostal que enseña a miles de visitantes por año sobre la agricultura orgánica y la producción de café.
¿Por qué el Comercio Solidario?
Una particularidad del comercio convencional yace en que el valor del café no sólo fluctúa ampliamente cada año, sino también Cada mes y cada día. Esta variabilidad hace difícil predecir el valor de las cosechas y por lo tanto las ganancias que obtendrán los agricultores a futuro. Además, debido a que en general las cosechas de café son anuales, los agricultores se ven obligados también a pedir préstamos cada año para invertir en sus cosechas y demás costos. Estos factores provocan que los cafeteros se vean en una situación de vulnerabilidad económica y financiera debido a riesgos más altos de endeudamiento e incluso pérdida de tierras.
El comercio solidario ofrece un precio mínimo a los agricultores el cual nunca se es más bajo que el precio base establecido. Además, los agricultores tienen derecho a acceder a adelantos de dinero en forma de depósitos por parte de los importadores haciéndoles menos dependientes de préstamos bancarios. Gracias a esta estabilidad en los precios de productos en el comercio solidario, los granjeros y sus familias pueden planear, invertir y mejorar sus condiciones de vida y las de sus comunidades.
Café Ético es un firme creyente en que el comercio responsable, socialmente justo y amigable con el medio ambiente es posible. Estamos dedicados a crear relaciones de largo término que sean directas, respetuosas e igualitarias con los productores de café. En Café Ético creemos que los agricultores merecen recibir una ganancia justa que reconozca las cantidades enormes de labor y conocimiento que han invertido en producir café de la mejor calidad para nuestros consumidores. Con millones de personas en el mundo dependiendo del comercio solidario, somos conscientes que el pago de un precio justo es un eje central para crear impactos positivos y directos en las vidas de los granjeros y sus familias.
¿Por qué el comercio directo?
La mayoría de los cultivadores de café no tienen acceso a mercados transnacionales. En cambio, muchos venden su café a intermediarios o ‘coyotes’ quienes son los encargados de vender el producto a los exportadores, quienes a su vez venden a importadores, quienes venden a los tostadores, quienes venden a las tiendas, quienes finalmente venden los productos a los consumidores. Al calcular qué porcentaje del precio de un café regular se va en intermediaros, rápidamente nos damos cuenta del poco dinero que les queda a los mismos agricultores. Este es el caso incluso cuando los precios del mercado son altos.
Además del comercio solidario, el comercio directo también es esencial para asegurar que los granjeros obtengan un acuerdo justo. Al comprar directamente a asociaciones de agricultores, el comercio directo asegura la mayor ganancia posible por sus granos de café.
Café Ético obtiene su café directamente de las siguientes asociaciones: Asociación de Agricultores de Café Orgánico de Pancasán (ACOPAN) en Nicaragua y el Comité Campesino del Altiplano (CCDA).
¿Por qué Café Ético?
Café Ético se enorgullece de ser uno de los primeros importadores en comercio solidario de café en Vancouver. A través de los años hemos pagado consistentemente un precio más alto que el acordado como mínimo en el comercio solidario internacional. Hoy seguimos firmes en nuestro compromiso y pagamos al menos 20% por encima del mínimo establecido.
Café Ético también se enorgullece de haber comenzado un proyecto a tres años con cooperativas de agricultores en el norte de Nicaragua para ayudar a mejorar la eficiencia y calidad de sus productos así como también para mejorar los servicios a sus miembros. Adicionalmente también estamos trabajando con el Comité Campesino del Altiplano (CCDA) en Guatemala para ayudar a instalar electricidad para poner en funcionamiento bombas de agua para el procesamiento del café.
Café Ético se enorgullece de ayudar a la educación de los canadienses y siempre está disponible a invitaciones a escuelas, oficinas de trabajo o eventos especiales para hablar y educar sobre comercio solidario, agricultura orgánica y justicia social en Latinoamérica. Adicionalmente también organizamos “tours del café” en Guatemala y Nicaragua.
